miércoles, 10 de septiembre de 2014

Miedo, ignorancia o pendejez


Esas palabras son las primeras que me vienen a la mente cada vez que escucho un: "¡No puedes tomar fotos aquí!".

El otro día visité las tiendas de Peña Pobre (Ciudad de México). Visité muchos locales pero entré justamente a uno que me encantó por la arquitectura y luz que se anidaba en una zona del lugar. Me dispuse a tomar mi celular, y antes de que pudiera capturar la imagen, un individuo me gritó: ¡No puedes tomar fotos aquí! Le quise explicar que lo único que me interesaba era la pared y la ventana, pero su negativa fue rotunda. Decidí guardar el celular. Fijé mi atención en los muebles que vendían, pero no eran distintos a los otros muchos muebles que ofertaban los locales del lugar —lo digo en serio— después de un par de minutos decidí salir de su adorable local.

Estimado: si tu negocio goza de una arquitectura o ambiente digno de capturar, permite que, por lo menos, tus posibles compradores compartan con sus conocidos lo bueno que tiene tu tienda; aunque el producto no sea lo mejor.

En una sociedad en la que: La imagen predomina en los medios digitales. La cámara cuenta con teléfono. La cámara acompaña al individuo veinticuatro horas siete días a la semana. En la que la "intimidad" ha dejado de existir. En la que una imagen dice más que ciento cuarenta caracteres. En la que todo hijo de vecino es "fotógrafo" y desea compartir la dicha que le da el estar parado en ese lugar; en el otro; enfrente de alguien. En una sociedad en la que todos son reporteros gráficos de una realidad que el 99.9% de las veces sólo es significativa para ellos, y tal vez, sólo tal vez, para aquel puñado de amigos que nada tiene que ver con los cientos de seguidores que reflejan sus apreciadas redes sociales. En este tipo de sociedad, es absurdo que alguien trate de limitar los espacios que bien podrían ser aprovechados por el vendedor para crear un vínculo entre ofertante y comprador. Recordemos que el lugar es parte de la experiencia de comprar.

Algunos locatarios me comentaron que es miedo a que se roben sus ideas y diseños. Señores, las ideas son tan volátiles que el anclarlas o ponerlas bajo llave sólo garantiza el anonimato.

La negativa será una constante al querer capturar una foto, pero ninguna razón es valida cuando alguien decide que un espacio merece vivir alejado de la contemplación.

¿Qué dicen ustedes? ¿Cuántas veces los han limitado al querer capturar una foto?